Fuímos a Mérida para cumplir con nuestra responsabilidad parlamentaria,
con motivo de la consulta realizada sobre el Proyecto de Ley Orgánica de
Cultura. De ambientación predominantemente oficialista, tuvimos ocasión
de apreciar coincidencias y discrepancias con el papel de trabajo o
borrador.
Fueron instaladas todas las mesas y, silenciosamente, trabajaron sobre la propuesta de acuerdo a cada uno de sus capítulos. Hubo distintos motivos musicales y de danza que, lejos de perturbar, reforzaron la serenidad de los examinadores del proyecto.
E, incluso, tuvimos ocasión de visitar la muestra plástica que en la segunda planta ofrece el Centro Cultural Tulio Febres Cordero. Independienemente de sus motivos, de una gran calidad artística.
Lo señalamos en la sesión de la Comisión Permanente el martes próximo pasado, la actividad se desarrolló con normalidad y destacó la pericia y sobriedad de Agapito Hernández, técnico de la
Comisión, cuya metodología ha resultado importantísima. Después de concluído el acto, junto al diputado Marín (Táchira), acudimos al escenario de la huelga de hambre, Universidad de Los Andes y, principiando la noche, al acto de inauguración de la Feria Internacional del Libro Universitario (FILU 2013).
No emitimos juicio de valor en el orden político, pero lo deseable era la activa participación del magnífico movimiento cultural universitario. Hay sesgos que no ayudan a abrir la participación.
(LB)
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