TAL CUAL, Caracas, 26/02/2013
Cultura política
No se transforma un colectivo si lo que se le propone no se relaciona con sus valores o nos es capaz de cambiarlos en aras de una determinada visión del bien individual y nacional
GISELA KOZAK R.
La cultura puede definirse como la manera de vernos, expresarnos y relacionarnos con y en el mundo, razón por la que es vital en el ejercicio de la política en términos de la trasformación, económica, política y social de una sociedad.
No se transforma un colectivo si lo que se le propone no se relaciona con sus valores o nos es capaz de cambiarlos en aras de una determinada visión del bien individual y nacional. No pensar la revolución bolivariana en términos de valores, creencias e ideas, tal como lo plantea el reciente informe de evaluación de las elecciones encargado por la MUD, obstaculiza la creación de estrategias políticas contundentes frente a un gobierno que está muy claro en cuanto a fines y métodos.
Creer que convenceremos a un muchacho del 23 de Enero respecto a que la oposición es preferible porque tendrá las calles limpias y pondrá policías, cuando el joven tiene una revolución que ha colocado su manera de vivir, de ser, de vestir y de hablar como centro y como rostro visible de su política, es ingenuidad si no arrogancia. La gente pobre no es solo pobre.
En el Segundo Plan Socialista para el período 20132019 (http://www.chavez.org.ve/programa-patria- venezuela-2013-2019/introduccion/#.USeO-6W6dTI )queda clara la importancia de la cultura, de acuerdo a la noción de hegemonía del marxista Antonio Gramsci, quien propone que la revolución transformará al pueblo a través de la cultura y la educación y no de la violencia.
La ausencia de ésta es dudosa en regímenes resistentes al pluralismo: es evidente la violencia simbólica que significa, por ejemplo, el secuestro de la identidad venezolana en términos de identidad chavista y la emergencia de una religión de estado fundada en el culto a la personalidad del líder pues el 45% de la población ha caído en la categoría de NO PUEBLO.
Esta exclusión nutre el Anteproyecto de Ley Orgánica de la Cultura 2009 (
www.aporrea.org/actualidad/a92274.html ), aproba- do en primera discusión en la Asamblea Nacional y que podría aprobarse en segunda discusión y constituirse en ley este año.
Escribí en este medio hace tiempo que en este anteproyecto de ley lo cultural se define en función de indígenas, afrodescendientes y el legado europeo y asiático (España no se nombra), por lo cual la "identidad nacional auténtica" se opone a la realidad de que somos una sociedad que habla castellano en su mayoría, híbrida y multicultural dadas las sucesivas oleadas de inmigrantes.
Esta mirada pasatista de la cultura como "autenticidad" excluye la historia contemporánea, el pecado original de la sociedad capitalista burguesa y puntofijista, distorsión histórica y maniobra política que manifiesta una visión económica: no se mencionan las industrias culturales (radio, televisión, cine, industria editorial) ni la posibilidad de generar empleo y autonomía ciudadana.
Socialismo puro y duro de la vieja guardia comunista del siglo XX.
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